Viernes Santo.
en el primer albor de la mañana
cuando su manto deja la luz del alba
ya lleva el madero su espalda.
La alondra vuela desconcertada
y llora el ruiseñor.
Pues trae el aire aromas de muerte y pasión.
¡Cerrar ventanas, puertas y celosías!
Que ha vuelto a ser noche
sin apenas comenzar el día,
va a morir en la cruz
el hijo de José y María
nuestro Señor Jesús.
Acompañan los acordes de la banda
al paso de la Cofradía.
Sobre sus hombros llevan
al Cristo de la Misericordia.
De luto saetas entonan
en honor a su memoria.
Lloran la palomas, se afanan las golondrinas
por quitar de su frente las espinas.
¡Qué va nuestro Cristo en
procesión!
Paso a paso, roto por el dolor
detrás su Madre va,
la Santísima Virgen de la Paz
en su divino rostro lleva reflejado
el dolor y la amargura
por su hijo crucificado.
¡Ángeles y Querubines! ¡tocar trompetas Serafines!
¡Qué suenen himnos de victoria!
¡Qué se abran las puertas de la Gloria!
Que está la Cofradía del Dulcenombre,
con el Cristo de la Misericordia.
Por: Jose Fransisco Duran Espejo-
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